miércoles, 16 de diciembre de 2009

La quintaesencia de las piedras

Es inminente el sueño, celo o lo que sea;
sentido del humor tienen los payasos
y hasta por ahí nomás, con tanta pena oculta.
Sabemos que el hambre no se pesa,
hace hablar al estómago por si faltase voz,
porque nunca hay absoluto silencio,
vivir es una permanente provocación.
Ahora terminan el tiempo y la hoja,
estimulación y fiebre se contraponen,
cada cual quiere llevar sangre para su molino,
pero no corre viento y nadie sonríe, tampoco se sonrojan.
Últimamente las primaveras vienen frías,
y los inviernos, para qué te cuento.

S.F.

2 comentarios:

SallyBlade dijo...

Vivir es un permanente desafìo:tal vez se trate de crear nuestras propias primaveras,entibiar los inviernos y acordar con el otoño que no deje las mañas de jugar con el viento y con las hojas...
Acaso no es asì? No somos hojas en el viento,llevadas hacia lugares que ni siquiera imaginamos? A veces,cansados,nos quedamos un tiempo en un lugar(buscando aquella tibieza,màs si las primaveras,como dices,ya no lo son)pero luego,volvemos a retomar el vuelo,nos damos alas, fuerzas y anhelos.
O como las hojas de los libros,avanzamos cada dìa,pero retomamos cuando algo nos emocionò,nos movilizò o nos enojò..pero seguimos hacia el final.
Probablemente,tarde o temprano,hallaremos nuestro lugar.
Bella "pseudopoesìa"

Sergio Fombona dijo...

Gracias,SallyBlade, por tu comentario. Saludos.