miércoles, 23 de diciembre de 2009

Un manojo de alambre

Aquello que parecía inalcanzable
con el tiempo se fue corporizando
señal de que la energía existe entre los cuerpos
y los une, según la frecuencia.
Ciertamente somos eso, un manojo de alambre
más allá de las enseñanzas, válidas o exiguas
experiencias al fin de otros individuos, distintos.
Se impone estar para ser, no hay tal secreto
lo bello, lo prohibido, lo bueno, lo obsceno,
tanto como la invención de un Dios supremo
es pura y excluyentemente entelequia del hombre.

S.F.

2 comentarios:

ericamf dijo...

creo que el hombre inicial y eternamente será un inventor de mil cosas para buscarle un sentido a todo, hasta se inventó un Dios.

Sergio Fombona dijo...

Esa es la idea, Erica, gracias.