miércoles, 28 de enero de 2009

Ya es tiempo de volver a uno mismo

Dedicado a la memoria de mi madre, Irma Inés Leiva.
Los días, ese rumor cimbreante de peatones, una risa furtiva, el universo con su belleza e inutilidad latente, la vida que nos sentencia a vivir y uno que no reconoce el nombre de las cosas, o le cuesta nombrarlas. Otra puerta se golpea, parece que nunca va a haber silencio aunque falten voces, la suerte huidiza se va con su fragancia que el viento dispersa en el tórrido atardecer. Rescatan fotos, abren un viejo costurero, de hilvanar se trata, uno a uno los recuerdos, como mojones del camino. El cielo infla nubes nuevas que esconden al sol, se suceden incansables, frágiles y efímeras. Dicen que no pensar evita sufrimiento, es muy fácil decirlo, pero ella se fue para siempre y yo me quedo solo replicando a la nada.

S.F.

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