martes, 22 de mayo de 2018

Turgencia de las horas

Se oían hurras en la cima de la pendiente. “Seguramente alguien supera otra meta personal”, suponía Dimitri. “La realidad puede verse partiendo desde muchas aristas, aunque en lo alto el panorama es total”, continuaba reflexionando para sí, pese al esfuerzo descomunal del ascenso. “Claro es el cristal donde las vidas se reflejan, pero toda gran roca acumula la hipérbola del saber”, sintetizada Dimitri triunfante, sumido en la inconmensurable letanía del silencio, y pese a sentirlo, casi tocarlo, constataba que el cielo, tal como su deseo lo moldeara desde el llano, todavía era un objetivo inalcanzable.
S.F.
Este texto forma parte del libro inédito: “Una pulga en el lomo del mundo”


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