sábado, 14 de mayo de 2011

Envuelto por una placentera sensación de saciedad
el niño relame sus labios, ese gusto dulce del chocolate
lo mantiene como extasiado, mete un dedo para retirar
hasta lo último del fondo de aquel envase plástico
apartado con ojo clínico pese a su corta edad
de entre la basura apilada en una negra bolsa de consorcio.



S.F.

6 comentarios:

GL dijo...

que dulce es el sabor
que negro todo lo demás cuando te roban la niñez

Sergio Fombona dijo...

Es tal cual, Gabriela; desgraciadamente seguimos viendo a chicos y a grandes juntando basura, son decisiones políticas, así también se disciplina a las clases. Gracias por la visita y el comentario. Saludos.

Anónimo dijo...

Hola. Un relato triste pero es el reflejo de nuestra sociedad. Soy de Uruguay y hace poco comencé con mi blog de cuentos y relatos cortos creados por mí. Mi blog es: http://elblogdeale2011.blogspot.com

Saludos.

Sergio Fombona dijo...

Gracias por el comentario, Alexis, entraré a curiosear tu blog. Cualquier narrador que provenga de la tierra de Onetti es bienvenido, saludos.

VELARIÁ (Luis Patricio Vela Arias) dijo...

Todos apilados y separados por finos peldaños...
Un abrazo Sergio

Sergio Fombona dijo...

Qué buena lectura, Luis, gracias por el comentario. Abrazo.