miércoles, 30 de diciembre de 2009

Cromañón. (Opinión de escritor y baterista).

En el marco del mundo capitalista a ultranza y en un país con una política decadente, sostenida en el cíclico incumplimiento de las obligaciones de un gobierno convertido por poco en feudo recaudador, que deja de ser paternalista para volverse amoral; pero sobre todo en el marco de la Provincia de Buenos Aires como un país dentro de la Argentina, dominado por “punteros” político-sindicales, medios de comunicación monopólicos que se sustentan en la cultura de la imagen y la banalidad, se puede afirmar que los móviles de un siniestro como el acontecido en la discoteca Cromañón son profusos y concatenados.
Hablar con conocimiento de causa, como en mi caso, quiere decir haber participado desde el lugar de músico, timado por los dueños de pub o discotecas y puesto preso desde la puerta de esos mismos lugares cuando esta gente no “arreglaba” con la policía o los funcionarios municipales de turno. Aunque otro fenómeno nocivo, que también tiene relación con los mecanismos de corrupción antes mencionados, a mi entender es la mezcla forzosa, por cuestiones comerciales o peor aún socio-ideológicas, frente a una alarmante carencia de valores morales, del ambiente básicamente correspondiente al del fútbol con el del rock. Fomentado muchas veces por las propias bandas para competir con sus semejantes, recaudar más y poder lograr el ansiado cupo a un sello discográfico, aprovechando a un público adolescente “colorido” y fiel, que emula cánticos de tribuna y confecciona banderas y enciende todo tipo de pirotecnia identificándose con dicha banda desde un estado de pertenencia, con la intención en muchos casos irreflexiva no sólo de participar del espectáculo, sino de ser protagonistas y no meros espectadores. Debido a una degradación cultural que lleva la violencia al extremo como método de defensa contra un estado ausente, sin que importe arriesgar seguridades personales, sumando a este motivo la inserción desde el mero negocio del alcohol y la droga, no como deseo personal de buscar experiencias límite o por placer, sino cayendo en su utilización por múltiples razones, abonando, sin darse cuenta, el enorme negocio del que participan las autoridades a quienes les corresponde regularlo y no prohibirlo, volviendo culpables a las víctimas y millonarios a ciertos personajes.
Pero incluso ante la peor de las hipótesis vivimos en un estado democrático y es nuestra responsabilidad confiar en la justicia, de lo contrario caeríamos en hacer justicia por nuestros propios medios y conocemos muy bien los resultados de estas reacciones intempestivas. A los ciudadanos nos compete cumplir con nuestras obligaciones y demandar a quienes no cumplen como corresponde las suyas y removerlos cuando afecte los intereses de la mayoría por intermedio del voto. Aunque no somos una sociedad que está fuera del universo y nos basamos en una visión occidental plasmada en los países dominantes donde desgraciadamente todo pasa por la rentabilidad, lejos del hecho estético de válida expresión generacional, mayormente en la televisión, creadora de cultura en el ámbito mundial, se denomina “entretenimiento” a quehaceres compatibles con la degradación humana. Pero por suerte todavía quedan muchos dirigentes, artistas, funcionarios etcétera, en definitiva personas que hacen bien su trabajo, de lo contrario la República Argentina hace tiempo hubiera dejado de ser una nación con cierto grado de autonomía en el contexto mundial.

Sergio Fombona

4 comentarios:

Graciela Licciardi dijo...

Querido Sergio

Tus palabras refrendan una realidad cruel, desgraciadamente "poco modificabel" en tanto todos nos acerquemos y estrechemos más nuestras fuerzas para combatir y rebatir toda esta carroña humana que contamina a nuestra sociedad.
Ojalá todos podamos desde el lugar de cada uno hacer algo positivo y que no quede en discursos grandilocuentes. tenemos que hacer una revolución que "haga mucho aunque se diga poco", el "cómo" hay que empezar a gestionarlo, por lo menos en la denuncia ya estamos sacándonos la mordaza de tantos años y tanta injusticia padecida.
Contame en el movimiento, me sumo a la acción.
Con todo cariño
Graciela Licciardi

Sergio Fombona dijo...

Gracias por el comentario, Graciela, vamos a tener que volver a "la espada y la palabra" si nos sigue gobernando esta dirigencia inescrupulosa. Y así se hará. Te mando un beso y mi deseo de que tengas un gran año.

Sergio Fombona

Vigó dijo...

Analisis acida y acertada.
Veo con placer y sorpresa q Romapagana figura en tus links. GRACIAS.
El disco salio' a la calle.
Con 25 y un helado de SUMO es tuyo.
Ver la pagina!
abrazo
A.P.

Sergio Fombona dijo...

Gracias, Andrea, me alegro que ya tengan el disco en la calle, mucha suerte. Gracias por el comentario. Estoy tocando en una banda que se llama Pirata Industrial, por ahí en algún momento nos cruzamos. Te mando un fuerte abrazo.

Sergio Fombona