La vida cambia por la noche
estableciendo un silencio propio
que muchos asocian a la muerte.
Pero hay infinidad de ruidos minúsculos
que al poner extrema atención
delatan una continua existencia
por más que la negrura indescifrable
periódicamente nos amortaje.
estableciendo un silencio propio
que muchos asocian a la muerte.
Pero hay infinidad de ruidos minúsculos
que al poner extrema atención
delatan una continua existencia
por más que la negrura indescifrable
periódicamente nos amortaje.
S.F.
6 comentarios:
Me encantaron todos esos pequeños ruidos de la noche. Muy bueno Sergio! Saludos!
Y por desgracia quedan pocos grillos. De chico me fascinaban los grillos y las luciérnagas. Gracias, Gabriela, saludos.
Si, la noche es como otro mundo dentro de lo cotidiano. Todavía puedo escuchar el canto de los grillos, de las ranas, de esos invisibles pájaros nocturnos... Es también el suburbio. La vida y la muerte parecen estar más cerca.. Me gustó, Sergio!
Gracias, Nedda; es así, un mundo distinto donde también hay mucha vida. Saludos.
Cuántos de esos ruidos olvidados...por el apremio de pasar rápido la noche y correr al nuevo día...muy bello
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