tanto, que no tardé en reírme también.
Los demás seguían presos del pánico,
o de ese patetismo que suele surgir
ante algunas certezas; porque fue así como,
finalmente, doblados de risa,
nos empujaron a aquellos calabozos,
de los que sólo algunos volvimos,
aunque volver, en este caso, sea un eufemismo.
S.F.
2 comentarios:
jajaja...
Chevre el nuevo rostro de tu casa virtual Sergio.
Un abrazo
Gracias, Luis, abrazo.
Publicar un comentario