domingo, 16 de mayo de 2010

Hay años que no son tan bonitos

El fondo titilante de la pantalla emula una hoja en blanco. La amplia habitación conserva el clima a veinte grados de oficina comercial. También en ese orden es característico un suave aroma a desinfectante con componentes de fragancia extraídos del árbol de pino. El sonido monótono del teclado cada tanto interrumpido y solamente abordado por oleadas, se superpone de manera inarmónica a la música imperante del tipo industrial. La silla ergonómica está colocada debajo de la tabla ajustable, quien la usa debe abrir los brazos y enderezar la espalda para lograr tipiar correctamente. En la habitación a oscuras con persianas bajas y cortinas corridas, resaltan objetos dorados o plateados debido a la permanente dispersión del halo de luz que difunde el monitor.

Fragmento de la novela inédita de Sergio Fombona.

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