a la cantidad de burócratas insolentes y aciagos
que van en desmedro del buen gusto
y a favor de los sistemas dominantes.
Qué mejor que esa gente para sostener la opresión,
qué mejor, asustadizos empleados viendo cartoneros
levantar sus desperdicios en la puerta de su casa.
Chicas desdentadas, niñas, adolescentes,
juntando basura y chequeando su teléfono móvil.
El sueño no murió, lo demuestra la realidad,
hasta el más indigente, si quiere,
puede lograr pertenecer a la elite de los consumidores.
S.F.
2 comentarios:
Totalmente deacuerdo con vos Sergio. De eso no hay duda alguna.
Gracias, Luis, por tu comentario, un abrazo.
Publicar un comentario